El rol del médico deportivo (I)
El rol del médico deportivo (I)
La medicina de un tiempo a esta parte está sufriendo un proceso de especialización y subespecializacion progresiva debido a la profundización en el conocimiento de las distintas patologías y al enorme desarrollo de técnicas diagnosticas y terapéuticas, lo que hace imposible que un solo profesional pueda abarcar todos los conocimientos necesarios para ofrecer el mejor tratamiento disponible en base a la evidencia científica a sus pacientes.
La medicina deportiva, entendida como la prevención, diagnostico y tratamiento de las diferentes patologías que pueda sufrir un deportista, no escapa de esta condición de la medicina contemporánea.
Es por ello que una unidad o servicio de medicina deportiva no puede estar formada por un solo profesional sino que ha de estar integrada por un equipo multidisciplinar con profesionales tan aparentemente separados como diferentes especialidades medicas (traumatólogo, cardiólogo, rehabilitador,…) fisioterapeuta, psicólogo, nutricionista, preparador físico…
Estos equipos, para maximizar su rendimiento, deben de estar liderados y coordinados por la figura del médico deportivo, quien se hará cargo de la atención del paciente desde su inicio hasta el final de su recuperación funcional.
Para asegurar el éxito, entendido como la recuperación funcional del paciente, es crucial que se establezca un continuo canal de comunicación entre los distintos miembros del equipo y el paciente. La historia clínica, precisa y detallada, y sesiones clínicas periódicas (semanales o incluso diarias) son la piedra angular de este proceso. Cuanto mayor es la comunicación y la coordinación, mayor es la percepción del atleta o paciente del camino a seguir en su proceso de recuperación, minimizando así los riesgos derivados de la perdida de información.
En este sentido la unidad más básica de medicina deportiva debe estar formada al menos, por un médico deportivo, que coordinará, dirigirá y supervisara todo el proceso terapéutico, un fisioterapeuta, que aplicará gran parte de las terapias necesarias, y el entrenador o preparador físico, que readaptara la capacidad física del deportista a su deporte concreto.
En este sentido la unidad más básica de medicina deportiva debe estar formada al menos, por un médico deportivo, que coordinará, dirigirá y supervisara todo el proceso terapéutico, un fisioterapeuta, que aplicará gran parte de las terapias necesarias, y el entrenador o preparador físico, que readaptara la capacidad física del deportista a su deporte concreto.
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